“El sutil engaño del EGO”.

“El sutil engaño del EGO”.

Todos o casi todos tenemos insertados en nuestro interior un instinto superior que nos insta al cambio, un instinto revolucionario psicológico que proviene del SER mismo; nuestro Padre Interno.

Desgraciadamente bajo las condiciones actuales del ser humano; ese instinto es desviado, tapado o tergiversado por las ramificaciones egoicas que poseemos.

No hay duda que el Ego antepone en esas circunstancias sus propios procesos mentales, motrices, emocionales, instintivos y sexuales en el ser humano.

Las sutilezas egoicas, la fineza, la sombra engañadora se apoya siempre en las creencias, dogmas y fe ciega; que en el fondo no es otra cosa que ignorancia o simplemente conformidad de la vivencia en el engaño, la fantasía  y la ilusión.

Queremos el Cambio, buscamos el Cambio e incluso desarrollamos técnicas y practicas para el Cambio ¿Pero para que tipo de Cambio?

Lisa y llanamente para el cambio de deseos, fantasías, sueños, anhelos, esperanzas y un sin fin de satisfacciones egoicas que nos conforman o dejan cada vez mas prisioneros y atrapados en sus redes.

Cambios que están directamente relacionados con los centros de la Maquina Humana y sus tres cerebros, más las influencias de los TRES TRAIDORES por todos ya conocidos, nos referimos a: Judas, Pilatos y Caifás, el demonio de los deseos, el demonio de la mente y al demonio de la mala voluntad.

En este proceso o en estos procesos de este tipo de cambio, simplemente cambiamos un anhelo por otro, una fantasía por otra y CREEMOS que lo estamos haciendo bien.

Para dar luces simples a estos hechos diremos; partiendo del centro sexual hacia arriba que: Cuando los impulsos sexuales están saturados de las fantasías, imaginaciones y deseos; el ser humano busca cambios que le hagan utilizar dichas energías en beneficios propios de desvíos o descargas energéticas hacia otras circunstancias o satisfacciones.

Cuando es feliz, por ejemplo, con las descargas o perdidas de energía sexual en placeres Lujuriosos y llega a la saturación, cambia el sentido del deseo pecaminoso por otro menos y se transforma en un casto religioso de extrañas fantasías y dogmas egoicos o simplemente se toma tiempos en donde la saturación psicológica y sexual desfallezca y sienta apetito de nuevo.

O en otras circunstancias simplemente aborrece lo sexual y se declara trascendido y que no lo necesita, simplemente influenciado por un tipo de pereza sexual que desconoce e ignora como se maneja y mueve en los trasfondos de su centro sexual.

Cambian simplemente; repito; las ramificaciones egoicas en sus actuaciones y utilizaciones de dicho centro, pero la ignorancia sigue su curso y satisfacción.

Nada de eso da el DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA; simplemente es el cambio egoico de los deseos, anhelos, fantasías, creencias o sueños.

En el centro instintivo ocurre lo mismo, se cambian los instintos de sobrevivencia, manutención, protección, salvaguardia y miedos, por otros.

El carnívoro se vuelve vegetariano y hace de ello una religión, el vegetariano se aburre y transforma frugívoro, otros en cambio se transformar en consumidores de jugos y polvos mágicos que reporten todo tipo de vitaminas, minerales, proteínas, etc. todo esto marcado por la Gula en los trasfondos egoicos de dicho centro el cual por supuesto desconocen e ignoran; pero que simplemente creen que es un acto libre de su pensar.

¿Y que pasa en estas circunstancias? Son manejados por el estomago y no por la CONSCIENCIA; son manejados por las miles de ramificaciones egoicas instintivas. Etc.

Para que hablar del centro emotivo que es uno de los mas complicados de entender, por los múltiples cambios que realiza. En milésimas de segundos nos lleva de la alegría a la tristeza, de la complacencia a la insatisfacción, del llanto a la risa, etc.

Un querer se cambiador otro, con la rapidez de otro deseo o sueño, o fantasía.

Tan rápido se cree que el sentimiento de la paz bajo ciertas condiciones es excelente, como con otras condiciones o sueños. Tan rápido se cree que la paz se logra en un campo o selva, como en un templo o eremita.

El corazón se insufla de aires egoicos bajo las influencias de las fantasías y en suspiros negros caemos en el engaño.

Palpita en la relación social de santurronerías, vestimentas, dulces melodías y lisonjas de todo tipo.

Hermano por aquí, hermano por allá y la CONSCIENCIA brilla por su ausencia identificada en el querer satisfacer solo sueños y nada mas.

El centro motriz también solo busca las satisfacciones que le deparen el relajó y bienestar de sus deseos.

Ya sea en la quietud o en la actividad; ya que hay personas que les agrada estar en movimiento y hacen ejercicios o todo tipo de deportes; como otros que les gusta la quietud ya sea influenciado por la pereza, la vanidad o la codicia. Etc.

Hay yoghis que dejan quieto el cuerpo y otros que lo mueven en mil marometas y posturas; pero el trasfondo que los mueve ¿lo conocen? Es indudable que no. Solo son marionetas del ego y sus ramificaciones.

En el centro intelectual brillan las justificaciones, supuestos, creencias y engaños documentados en palabras y frases de todo tipo, con tesis  y teorías de ampulosas dialécticas y didácticas sombrías que a la LUZ de un chispazo CONSCIENTE se desmoronan como un puñado de arena.

Tan pronto como hay un pensamiento, aparece otro que se sostiene de acuerdo al ego o estado psicológico que lo afirma en el cerebro. La medida del tiempo de su permanencia se mide en la fuerza de la creencia, dogma o engaño, la terquedad o la mentira y se desmorona cuando la verdad aparece.

“EL SUTIL ENGAÑO DEL EGO” es su existencia y permanencia en el ser humano bajo la influencia de mantenernos DORMIDOS a toda costa y bajo toda circunstancia con todo tipo de engaños.

Engaños que muchas veces creemos son correctos y trascendentes y que se reafirman con el fanatismo, el dogma y la terquedad.

La auto-observación, el descubrimiento de las diferentes ramificaciones nos dará la razón y ello a la vez nos permitirá tomar CONSCIENCIA y ELIMINAR al ego, para DESPERTAR en  el camino, la verdad y la vida.

Paz Inverencial

maeseanonimus