"El Maestro Ladino III".

EL MAESTRO LADINO III





"El Maestro Ladino a todos quiere engañar; pero el primer engañado es el mismo".

"Aunque se vista de oveja, siempre será un Lobo".

"Nuestro lobo, el ego, debe MORIR, el lo sabe y por eso se viste de maestro; pero el primer engañado es el mismo".



Vamos a exponer en esta ocasión lo siguiente: El maestro ladino para engañar, para convencer, siempre recurre a variadas herramientas como ya hemos visto hasta el momento; proseguiremos con más estudios al respecto.

La Voz, la Palabra, la terminología, sus oraciones, etc. La voz es una herramienta de suma importancia para el maestro o la maestra ladina, la usa con sumo cuidado impostando la voz, sacando una dulzura en su susurrar, tiene que ser una voz especial, de característica suave, de un tono medio, casi hipnótica, pareja sin que moleste al oído de la presa, de la victima, del inocente.

La voz esta hecha para convencer, para conquistar, por lo tanto tiene que tener ese carisma, el del engaño.

De sus labios solo salen palabras, frases, compuestas para ese fin, EL DE ENGAÑAR Y CONVENCER.

Hermano, hermana son sus predilectas; sin importar a quien se las diga, ya sea la persona de esta o aquella religión, el se hermana con todos, ese es su camuflaje; ese es el sello del ladino o la ladina.

Hijo, hija; es otra de sus favoritas. Así se pone en un pedestal superior, de padre o de madre; para ganar la confianza y poder engañar.

Habla de Paz, Amor, como si el fuera el representante de esas acciones o virtudes y sin embargo a la primera en que se le desenmascare, salta con violentas palabras de ira y rencor.

Gestos, movimientos, palabras, un conjunto perfecto para cazar incautos o seres humanos DORMIDOS.

Todo lo sabe, esta al tanto de las últimas modas en cuestiones seudo esotéricas, esta al día de todas las pomadas psicológicas, esta al tanto de los últimos descubrimientos científicos y los cuentos de brujos y mete miedos.

El o ella es discípulo de cuanto maestro ladino aparece, es iniciado en todos los misterios y representante de los más diversos estamentos religiosos.

Como en apariencia posee el ojo inquisidor, tiene trampas para engañar y una de ellas es o son las Fechas de Nacimiento. Si, lo primero que pregunta o hace preguntar a sus secretarios es ¿Cuándo nació Ud.?, en forma inocente, casual, como no dándole importancia, como que no quiere la cosa. De esa forma o manera ya posee mucha información, pone a la persona, con su fecha de nacimiento, en el signo zodiacal que le corresponde y ahí tiene el `perfil psicológico casi perfecto de las personas y sus tendencias a ciertas enfermedades.

Entonces con eso ya en su garras, indica, señala a la persona las cosas que el supuestamente esta viendo con su clarividencia; pero no es mas que una trampa, un engaño, es la información que el adquirió al saber la fecha de nacimiento. Eso es todo.

Esa es la gran trampa de su supuesto poder de ver las cosas, con eso mas sus palabras saca toda la información al mismo consultor y ¡ya! Cayó la victima.

El maestro o la maestra ladina no son más que sombras de las tinieblas satánicas, llenos de sus propios Egos o agregados psicológicos.

Y muchos de ellos lloran su propia infelicidad, muchos o muchas lloran en las sombras de sus propios engaños la desdicha de no poder ser lo que ellos predican.

Solo son ladinos, que aúllan al cielo la petición de sus propios deseos, anhelos y añoranzas.

En la soledad sufren la amargura de ser lo que son, engañadores que tienen que seguir en el carro que los lleva a su propia destrucción.

Saben del dolor, saben de la mentira y la mentira más grande; es que tienen que mentir para poder vivir y satisfacer sus propias bajezas.

Mienten, mienten para satisfacer a veces sus deseos y anhelos de lujuria, vanidades, orgullos, etc.

Engañan para tener en su poder a las incautas personas que le alimentaran sus pasiones, defectos, vicios, hábitos y costumbres de todo tipo.

Maestros y Maestras ladinas, solo sois un puñado enorme de agregados psicológicos, taras, defectos errores, vicios y de un cuanto hay en las sombras egoicas de su interior putrefacto.

El hedor a sus pasiones, sale como aires de los cementerios cargados de los gusanos de sus propias concupiscencias, ni por más que se vistan de blanco y se bañen en costosos perfumes y aromáticos inciensos, el hedor sale por todos sus poros. Ni por mas que se llenen de imágenes de santos, su santidad no aflorara jamás, porque solo sois un manojo de demonios, una Legión de egos y sombras de las Infra dimensiones.

DESPERTAD seres humanos; DESPERTAD que despiertos veréis la realidad de estos maestros ladinos y DESPIERTOS comprenderéis que ya no los necesitáis, ya que en tal estado estaréis a los pies de vuestro propio SER, Dios en vosotros.

Morir es la premisa, eliminar del propio interior todas estas cosas que están latentes en si mismos, todo eso lo tenemos los seres humanos, es nuestro propio Ego; el maestro ladino.

Auto-observación, de lo que somos, de cómo actuamos y de que es lo que queremos. En estas circunstancias veremos que nuestro propio Ego nos ha engañado y ha pretendido engañar a nuestros semejantes también. Más si asumimos el papel directo de ser maestros ladinos, peor aun, sufriremos las consecuencias de nuestros errores al embaucar a los demás.

Las buenas intenciones a veces de su propio engaño interno, no justifican las atrocidades psicológicas que se cometen, las creencias, los dogmas y toda esa falsa religiosidad, solo son parte de la ignorancia y como sois los primeros ignorantes, sois los primeros engañados.

Maestros ladinos, maestras ladinas, eliminad de si todo ese enjambre de sombras, pedid a vuestro SER interno que os ayude a ser libres de todo eso y dejar de seguir engañando y mintiendo.

La verdadera pureza para que podáis vivir en paz, esta en la medida en que deis Muerte a todos y cada uno de los defectos que poseéis. No necesitáis ser o seguir siendo lobo vestido de oveja. Lo que necesitáis es convertiros en oveja, limpia y pura de todo pecado, falta y engaño.

Solo así seréis, de verdad, lo que aparentáis.

Las apariencias engañan y el primer engañado es uno mismo.

Paz Inverencial

maeseanonimus